Más de 800 madres solteras fueron abandonadas este lunes a su suerte por la Secretaría de Bienestar, Tequio e Inclusión (SEBIENTI), al intentar acceder al programa de la tarjeta “Margarita Maza”.
Sin agua, sin sombra y sin una mínima muestra de empatía, las mujeres —muchas de ellas indígenas— fueron obligadas a soportar horas bajo el sol inclemente, a las afueras de Ciudad Administrativa.

Desde la madrugada comenzaron a llegar desde distintas regiones como Valles Centrales, la Sierra Mixe, Miahuatlán y la Mixteca, muchas acompañadas de sus hijos y familiares, después de recorrer largas distancias en camionetas de servicio mixto.

A las 7:00 a.m., la fila superaba fácilmente las mil personas. Sin embargo, pasadas las 9:00 a.m., una funcionaria de SEBIENTI salió a anunciar que solo repartirían 200 fichas. La noticia se dio sin más explicación, sin opciones, y sin ofrecer condiciones mínimas de respeto o atención para las solicitantes. Luego, simplemente se dio la vuelta y volvió a entrar al edificio.

Ninguna autoridad fue capaz de ofrecerles siquiera una botella de agua, una silla o un poco de sombra. El trato recibido fue, en palabras de algunas de las presentes, «indigno, humillante y clasista».

La dependencia, encabezada por Vilma Martínez Cortés, sigue promoviendo un discurso en favor de las mujeres, pero los hechos —como este episodio— contradicen cualquier narrativa de inclusión o sensibilidad social.

Una vez más, la pregunta queda en el aire:
¿Para quién gobiernan cuando las más vulnerables siguen siendo tratadas con desprecio?