Los trabajadores de la Comisión Estatal del Agua (CEA) en Oaxaca han comenzado protestas en varias sedes de la dependencia en diferentes municipios del estado, exigiendo que se cumplan los acuerdos establecidos con las autoridades estatales el 17 de mayo de 2024.

Los manifestantes explican que el Gobierno de Oaxaca no ha cumplido con el pago retroactivo de quinquenios acordado para el 21 de mayo de 2024. Además, no se ha llevado a cabo la cancelación de los descuentos por concepto de cuota sindical, que debe ser solicitada por el sindicato.

Desde enero de este año, las cuotas sindicales han sido retenidas debido a problemas sindicales. En una reunión en las oficinas de la CEABIEN, se acordó presentar una lista de trabajadores que no solicitaron el descuento sindical correspondiente para suspenderlo.

También se comprometieron al pago con aumento salarial y al pago retroactivo, a la regulación de niveles (movimientos escalafonarios), y al pago del SAR correspondiente desde 2008 para trabajadores activos, pensionados y jubilados.

Además, el Gobierno de Oaxaca no ha cumplido con la entrega de uniformes a los organismos operadores, prometida para septiembre de 2024. La CEABIEN informó que cualquier cambio en las tallas de los uniformes debía ser comunicado antes de julio de este año.

Asimismo, no se ha cumplido con la inversión en compra y mantenimiento de equipos de bombeo, limpieza de pozos y galerías filtrantes, perforación de pozos profundos donde sea necesario, ni con la adquisición de herramientas y materiales necesarios para las actividades diarias de los organismos.

La CEABIEN se comprometió a no tomar represalias contra los trabajadores que participaron en las manifestaciones y a dar seguimiento a los problemas en los organismos de Puerto Escondido e Ixtaltepec.

Además de estas demandas, los trabajadores exigen la destitución del administrador Víctor Omar Núñez Ordaz y de otros funcionarios directivos, incluyendo a Persilia Calvo Ramírez, Gaspar Jiménez Triste, Arturo Cruz Jacinto, Juan Carlos Chilpa Colín y Neftalí López Hernández.

Foto Juán Carlos Zavala