La mañana del 24 de junio, Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, fue liberado de la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en Londres. Tomó un vuelo con destino a la isla de Saipán para una audiencia crucial donde se decidió su futuro.

La jueza Ramona Villagomez Manglona aprobó un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, lo que permitió la liberación inmediata de Assange. Se declaró culpable de un cargo de conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de defensa nacional de EE.UU., recibiendo una condena que ya había cumplido: 62 meses en prisión.

Assange fue conocido por publicar información confidencial que reveló aspectos ocultos de la guerra en Irak y de los detenidos en Guantánamo entre 2010 y 2011, lo que lo llevó a enfrentar 18 cargos en EE.UU. Durante años, su extradición fue un tema polémico hasta que, en junio de 2022, el Reino Unido aprobó su entrega a EE.UU. Sin embargo, en su última oportunidad para evitar la extradición, Assange llegó a un acuerdo con el gobierno de Joe Biden.

Después de más de 5 años en Belmarsh, Assange fue liberado el 24 de junio y, tras una escala en Bangkok, llegó a Saipán para la audiencia definitiva. La jueza, reconociendo el tiempo ya cumplido en prisión, determinó que Assange debería salir libre de inmediato. La Fiscalía de EE.UU. retiró la solicitud de extradición, cerrando así un capítulo largo y controvertido.

Assange viajará a Australia en un vuelo privado financiado por donaciones, ya que no se le permite utilizar aerolíneas comerciales. El costo del vuelo es de 520 mil dólares, y WikiLeaks ha solicitado apoyo para cubrir los gastos restantes.

En su discurso, Assange destacó la importancia de la libertad de prensa y la protección de los derechos de los periodistas y defensores de la información.