El gobernador Salomón Jara se alista para impulsar una nueva Constitución para Oaxaca, sin un Congreso Constituyente ni una verdadera consulta pública. ¿El objetivo? Según él, alinear la Carta Magna estatal con sus ejes de gobierno. Pero, ¿y lo urgente? ¿Y lo que sí duele?
El Hospital Civil hecho pedazos, madres solteras durmiendo en la calle esperando una ficha, escuelas cayéndose, comunidades sin agua, carreteras intransitables… pero no, el gran proyecto del gobierno es una nueva Constitución.
Nos preguntamos:
¿Qué tiene de malo la actual Constitución?
¿Qué tanto le quiere cambiar el gobernador?
¿Le quiere meter sus frases favoritas? ¿Sus ideologías? ¿Sus lealtades políticas?
Una nueva Constitución no es poca cosa. No se escribe como un discurso de informe. Pero mientras en Palacio se preocupan por el papel, Oaxaca sigue con problemas de carne y hueso.
Porque sí, el cambio de fondo importa, pero ¿este cambio… para quién? ¿Para qué? ¿Y a qué costo?
