En un intento por endurecer las políticas migratorias, legisladores republicanos de Misuri y Misisipi han propuesto pagar hasta 1.000 dólares a quienes denuncien a migrantes indocumentados, una medida que recuerda a las épocas más oscuras de la persecución racial en Estados Unidos.

En Misisipi, la iniciativa del representante Justin Keen fue frenada en el comité legislativo, pero en Misuri el senador David Gregory sigue impulsando el proyecto, que incluso contempla la creación de un “Programa de cazarrecompensas certificado para extranjeros ilegales”, permitiendo que civiles rastreen y detengan a migrantes.

Activistas y defensores de derechos humanos han calificado la propuesta como racista y peligrosa, advirtiendo que podría desatar una ola de persecución y discriminación contra comunidades latinas. Mientras tanto, la retórica antiinmigrante de Donald Trump sigue alimentando este tipo de iniciativas que buscan criminalizar a los migrantes sin importar las consecuencias.